26 de junio de 2007

eduardo mora

Biopesticidas formulados en base a hongos entomopatógenos nativos posibilitan niveles de control de entre 50% y 80%.

La producción orgánica cada día cuenta con más adeptos, pero los agricultores que quieren adoptar este tipo de manejo no siempre encuentran las herramientas adecuadas. Tal es el caso del control biológico de plagas y, específicamente, el uso de hongos que son capaces de enfermar y matar a los insectos considerados plagas.

"El uso de estos controladores está muy poco desarrollado en Chile. De hecho, somos uno de los países menos avanzados de Latinoamérica. Brasil, por ejemplo, maneja millones de hectáreas cada año con la ayuda de hongos entomopatógenos", señala el investigador del Inia Quilamapu Andrés France.

France y su equipo trabajan hace 8 años para cambiar esto en todos los sistemas productivos que tienden a la eliminación o reducción de los pesticidas químicos. Hoy este estudio exhibe resultados auspiciosos.

Prospección

Los hongos entomopatógenos son microorganismos capaces de infectar y producir enfermedades en los insectos plaga. Secretan una enzima llamada quitinasa que les posibilita perforar la cutícula del insecto. Una vez dentro de él, liberan toxinas que destruyen las membranas celulares, lo que permite dejar a su disposición los elementos que necesitan para su crecimiento y desarrollo. Así, colonizan el cuerpo del insecto y terminan por matarlo. Finalmente, el insecto "explota" liberando esporas del hongo que enfermarán letalmente a otros insectos.

Con este conocimiento, la citada investigación se inició con un programa de prospección de hongos entomopatógenos nativos a lo largo de Chile, gracias a lo cual hoy se cuenta con una colección viva de más de 800 aislamientos de diferentes especies.

Esta diversidad permite seleccionar y comprobar que los aislamientos son altamente específicos para distintas especies plaga. También la comparación entre ellos determinó los que son más agresivos para cada caso en particular. Los hongos que más han destacado son Metarhizium (esporas de color verde) y Beauveria (esporas de color blanco). Estas especies se utilizan con gran éxito en el control de numerosas plagas en el mundo.

En este punto se puede mencionar, a modo de ejemplo, el hongo Metarhizium anisopliae. Este ataca al gorgojo de la frutilla. En evaluaciones con 23 cepas distintas se comprobó que 9 de ellas no causan la mortalidad del adulto. Para las 14 restantes, el índice de mortalidad varió entre 1% y 80%.

En 2005 se trataron alrededor de 2 mil hectáreas de frutales (arándanos, vides y frambuesas, entre otros) desde la Región Metropolitana hasta la X Región con estos agentes, además de lo usado en viveros.

"Una de las primeras experiencias de campo fue en frambuesas, con un pequeño agricultor de la zona de Copihue, afectada por el capachito de los frutales, en que se llegaron a contabilizar sobre 200 larvas/m2. La aplicación de estos hongos permitió salvar la plantación y mantener la plaga en un nivel casi indetectable por las últimas 6 temporadas. Lo sorprendente es que no ha sido necesario repetir estas aplicaciones para mantener estas bajas poblaciones de insecto", recuerda France.

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